Descripción
El tinglar es la tortuga marina más grande que existe en nuestro planeta. Los tinglares adultos pueden medir
hasta siete pies de largo y pesar hasta 1,400 libras. Su color es predominantemente negro. El tinglar es la única tortuga
marina que no posee un caparazón duro. En su lugar, está protegida por su piel coriácea (de consistencia recia y flexible,
como la de cuero) en la que aparecen siete crestas o aristas longitudinales.
Información Biológica
Los tinglares existen desde antes de que los dinosaurios existieran. Esta tortuga es mayormente pelágica,
o sea, que vive en el océano. Es la tortuga marina que más distancia migra y sus enormes aletas delanteras le sirven para
recorrer miles de kilómetros. Al igual que las demás seis especies de tortugas marinas, el tinglar vive en el mar sin necesitar
fuentes de agua dulce, obteniendo suficiente agua de su dieta. El tinglar se alimenta principalmente de aguavivas. Sus quijadas
son suaves y podrían dañarse con cualquier otro alimento que no sea aguavivas, tunicados y otros animales de cuerpo blando.
Los tinglares se sumergen a más de 1,000 pies de profundidad, pudiendo alcanzar profundidades de sobre 3,900 pies.
Cada dos o tres años los tinglares hembras se acercan a las aguas tropicales para anidar. Aunque se cree
que las tortugas marinas regresan a anidar a las playas donde nacieron, todavía no se puede explicar el mecanismo que éstas
utilizan para orientarse. Durante la temporada de anidaje (febrero a julio), la hembra del tinglar sale a la playa duran te
la noche, excava su nido en la arena, deposita aproximadamente 100 huevos, cubre el nido con arena y regresa al mar. La misma
hembra repite esto aproximadamente cada 10 días, probablemente de tres a ocho veces en la temporada. Al finalizar el período
de incubación, aproximadamente 60 días después, las tortuguitas salen de los huevos y emergen a través de la arena a la superficie.
El sexo que tendrán las tortugas marinas está determinado por la temperatura existente en el nido durante el período de incubación.
Temperaturas altas resultan en hembras y temperaturas bajas resultan en machos.
Cuando las tortuguitas regresan al mar nadan continuamente por alrededor de 24 a 48 horas. Este comportamiento
las conduce a aguas más profundas donde son menos vulnerables a depredadores. Aunque no se sabe con certeza a dónde van las
tortuguitas durante su primer año de vida, se cree que viajan con la corriente, flotando en masas de vegetación donde pueden
camuflarse y obtener alimento. Se desconocen los requisitos de habitáculo de los juveniles del tinglar. Las hembras que anidan
prefieren playas de alta energía (de gran oleaje), de acceso profundo y sin obstáculos.
Hábitat
El tinglar se encuentra a través de los
Océanos Atlántico, Pacífico e Índico, desde Labrador (Canadá) y Alaska hasta Cabo de Buena Esperanza en África del Sur. El
tinglar permanece toda su vida en el océano. Durante la temporada de reproducción migra a los trópicos para anidar. En Puerto
Rico anida en las playas de Mayagüez, Añasco, Rincón, Isabela, Arecibo, Cabo Rojo, Guánica, Piñones, Luquillo, Fajardo, Humacao,
Mona y Culebra. También anida en las Islas Vírgenes.
Amenazas
En Puerto Rico, las áreas de anidaje han disminuido en número debido al desarrollo de las playas y áreas
costeras. Esta pérdida de habitáculo se debe principalmente a la construcción de proyectos residenciales, turísticos e industriales
y a la expansión de zonas urbanas en áreas costeras. Sin embargo, los reflejos de las luces en áreas desarrolladas (como el
alumbrado directo de playas) producen desorientación tanto de tortugas adultas como de neonatos. Muchos neonatos cuando salen
del nido, en vez de regresar al mar, se desorientan por las luces y van en dirección contraria al mar, donde son comidos por
depredadores, matados por automóviles o mueren por exposición al sol. A esto se suman las adversidades que pueden enfrentar
las tortuguitas recién nacidas en su carrera al mar. Las mismas pueden ser dañadas por animales domésticos (como perros) o
depredadas por aves marinas o cangrejos. El vandalismo de nidos, robo de huevos y matanza de las hembras cuando salen
a anidar son graves problemas que afectan la especie. Los tinglares son especialmente susceptibles a la ingestión de plásticos
en el mar, cuando confunden los mismos con aguavivas.
Medidas de Conservación
El tinglar, al igual que todas las tortugas marinas, está protegido por varias leyes federales y del gobierno
de Puerto Rico. Esta especie fue incluida en la lista de especies en peligro de extinción en el 1970. El matar, dañar, molestar,
atrapar, comprar o vender una tortuga marina' parte de ella (huevos) o algún material derivado de ella (jabón, crema, prendas)
es un serio delito federal que puede conllevar una multa de hasta $50,000 y/o un año de cárcel. En Puerto Rico, el robo de
los huevos, además de la matanza de las hembras cuando salen a anidar, continúa siendo una amenaza importante para esta especie.
Por esta razón se han establecido programas de patrullaje de playas y protección de nidos que incluyen voluntarios dedicados
a la protección de esta especie. Es importante implementar programas educativos sobre la conservación de las tortugas marinas.
El Servicio Federal de Pesca y Vida Silvestre está realizando estudios poblacionales en Culebra, Añasco y otros lugares en
la isla con el propósito proteger la especie y recopilar información valiosa para la recuperación de la misma.